sábado, 24 de agosto de 2013

CORTAZAR JULIO

“La Señorita Cora” de Julio Cortazar


Pablo, un adolescente de 15 años, es internado en una clínica por padecer apendicitis. La madre quiso atenderlo personalmente y quedarse con él, pero no se lo permitieron. Así que, como es una madre sobre protectora, le explicó a una de las enfermeras que iban a atender a Pablo de cómo debía cuidarlo, pero se lo explicó de una manera por la cual la enfermera se sintió rebajada. Pablo estaba muy avergonzado por culpa de su madre y supone que la enfermera le va a tener bronca por culpa de las acusaciones de su madre. 
A Pablo le pareció que la enfermera era simpática, joven y linda, podríamos decir que empezó a sentirse atraído por ella. Pablo siguió pensando que la enfermera lo trataba de forma indiferente y como a un chiquilín por culpa de su madre. El se portaba tímidamente con la enfermera ya que cada vez que lo miraba, le hablaba o le pedía algo, él se ponía colorado o le daban ganas de llorar. Pablo deseaba saber el nombre de la enfermera, que luego gracias a la enfermera de la mañana se enteró que era Cora. 
Pablo pensaba que su madre era exagerada ya que no entendía que una operación de apéndice es una tontería a su edad, y él estaba seguro que iba a salir todo bien, aunque Cora lo notaba medio asustado. La enfermera Cora se burló de Pablo tratándolo como a un chiquilín y no le permitía llamarla por su nombre sino que debía llamarla señorita Cora, y esto a Pablo le dolía porque pensaba que todo era producto del problema que habían tenido su mamá y la enfermera. 
La operación de apéndice de Pablo duró mucho tiempo y eso significó que hubo alguna complicación y Marcial, el anestesista y novio de Cora, descubre que hay algún problema con Pablo ya que le costó salir de la anestesia. Luego de salir de la anestesia, Pablo durmió la mayor parte del tiempo y empezó a sentir que la enfermera Cora ya no le tenía rencor ya que mientras él estaba en shock, cuidaba de que no se saque el vendaje, le pasaba un hielo por la boca y le ponía colonia en el pelo y la frente. Pero Pablo sigue deseando que la enfermera le pida perdón y lo deje llamarla solo Cora. 
Cora ve a Pablo como un chiquilín y un tonto, y siente que no tiene buena suerte ya que prefiere estar con un adulto antes de estar con un chico como él considerando que Pablo se iba a quedar más tiempo de lo previsto internado, a pesar de que el se sentía mejor. Una noche cuando Cora va a tomarle la temperatura, ve que Pablo tenía fiebre muy alta y a raíz de esto lo operaron de nuevo. Luego de la operación, el Dr. Suárez, médico cirujano que operó a Pablo, le propuso a Cora ser relevada por otra enfermera, pero ella no quiso porque quería seguir cuidándolo. Pablo continuó desmejorado y cada tanto seguía vomitando. En una de estas ocasiones mientras Cora lo atiende le pide que la llame Cora (el deseo de Pablo) y que sean amigos, pero Pablo le responde “señorita Cora” de forma ofendida. Al rato, Pablo no le contesta más y, por lo que se da a entender en la historia, fallece.
 



En el cuento "Lejana" lo que vemos no es tan sólo la división de la persona en normalidad - anormalidad sino también el tratamiento casi psicoanalítico de un personaje esquizofrénico. El grupo que se vendría a conformar sería la reunión de las dos partes en un solo personaje; la fusión es tan intensa que al final el narrador ya no es la misma Alina Reyes de todo el relato sino es la voz de la ‘otra’, una manifestación de ella misma. Desde el comienzo se ve una fusión inexplicable de dos personas, o una división inexplicable de una sola. El autor y la misma Alina Reyes hacen que el lector se pregunte si la mendiga es ella misma, ya que ésta siente el sufrimiento de la indigente, es penetrada por el dolor físico como los golpes y el frío. Es una ambigüedad que se expresa claramente hasta en la misma narrativa de la protagonista: "Porque a mí, la lejana, no la quieren." Aquí el uso de la primera persona y de la tercera persona en singular como pronombres en una misma frase denota esa dicotomía. Alina Reyes es el pasaje de una interioridad reservada y que en un momento dado al pasar el puente se exterioriza irracionalmente. En el momento de esa exteriorización las dos partes se unen y se vuelven a dividir de una manera imperceptible, y de esta nueva división surge una especie de traspaso del ser, en el que Alina se convierte en la mendiga.

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